domingo, 3 de enero de 2016

Sparkling Ruby.

Parece mentira que después de todos estos años siga culpándome por este error. De perseguir hasta la muerte un imposible, un irreal, un indoloro, un inhibidor de conciencias y un mal inversor. Llámalo mala conciencia, pésimo sentido de la decepción.
Quizás confunda tu nombre con el de otro hombre. Alguien más… que tú. Alguien menos… que yo misma. Igual se mimetizaron por un momento tu imagen y la suya, haciéndome la vida un poco más sencilla y el corazón más cuidado que de costumbre.
Si nuestra expedición por lo prohibido no fue más que un desorden de la rutina, ¿Qué más me cabía esperar? Hablo de una compulsiva búsqueda de musas y un hallazgo de cien caricaturas. Una baraja de cartas repetidas.

Mas no quiero prolongar demasiado la historia de una autobiografía manchada de café (o quizás ginebra). Hoy no estoy para bromas de Cupido ni para armónicas de Dylan.

...

Y al decimoctavo día creó el amor acompañado de la miseria. Emparejó a los miserables, paradójicamente, de uno en uno con el único propósito de subirlos a un navío en plena tempestad…


PD: Dejé a medias mi libro de culto por las turbulencias.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Carta a todas mis catástrofes.

Por esa mentira que alargó las noches de incendio.
Por ese cronómetro que descontaba versos de mis entrañas.
Por esa traición que nos retó.
Por la euforia de alzar el vuelo.

Sin el éxtasis en las venas.
Sin coordinar nuestros pasos.
Con tu corazón por bandera.
Con mis defectos a favor.

Así sea.

domingo, 30 de agosto de 2015

Homo homini lupus.

- De sobra sabes que mis condiciones no admiten segundas opiniones, que marco las pautas de acuerdo al pragmatismo absoluto que reina en mi yo interior. 
De sobra sabes que jamás mi álter-ego se manifestó. ¿Por qué iba a hacerlo ahora, con la primavera ya muerta y el estío hecho astillas?

- Ojalá algún día dejes de cuestionar el ánimo de personas como yo. Ojalá por fin comprendas la inutilidad de la pasión como motor vital. De algún modo, la muerte de tu ser, de tu alma, alimentaría mi codicia... 

Seres humanos. Estamos destinados a serlo, todo se resume en eso. No importa el cambio, no sacia el dinero, no seduce el amor. Somos bestias voraces e insaciables, adiestradas para la civilización, atrapadas en una burbuja de pacifismo y apariencias. El hombre es un lobo para el hombre.


domingo, 1 de febrero de 2015

Talking nonsense.

Recuerdo las gotas de lluvia que nos empapaban los ojos cerrados, tu sonrisa aflorando entre la tormenta y tu brazo protector abrazándome: los autobuses color mostaza pasan con los cristales manchados de suspiros. Te veo tan de cerca que me da miedo tropezar en tus abismos, porque no sé qué es lo que llevas dentro. Titubeo y abrazo al silencio como a la perdición más placentera. Si presiento que lo nuestro es para siempre, ¿por qué los kilómetros me contradicen? 

El humo se sella al techo y tu calor permanece. Intento recordarte, le doy mil vueltas a tu imagen. Siempre ocupando un plano aumentado. Confundo fechas, lugares, vidas. Me doy cuenta de que más que tu cara recuerdo tu tacto. Tu acento tan poco británico, tus pasiones y el sonido de la moqueta con tus pasos. La tristeza y yo nos volvemos incompatibles y el destino parece conspirar. ¿Qué me queda? 

martes, 7 de enero de 2014

Quiero un corazón nuevo.


Me diagnosticaron olvido agudo, recuerdos pasados graves y me dijeron que sucumbí a la enfermedad del tiempo. Oí cómo los doctores discutían mi caso, incluso me acusaban de hacer mal uso del amor. Cada uno presentaba ordenadamente sus teorías, pero para mí que todos hablaban sin saber. Dijeron que mi estado era avanzado y que debí haber acudido a ellos ante la primera duda o la primera lágrima. Yo, inocente, me pasaba las noches buscando analgésicos y lo único que encontré fueron placebos. Placebos que disipaban mis síntomas de desengaño pero hacían más fuertes las ganas de volver a mi rutina. Por más que lo intentaba, nadie era capaz de entenderme, me tachaban de loca. 

He de confesarles que el mundo de los sueños era mi tierra natal, allí depositaba todas mis esperanzas e ideales, era el paraíso donde los poemas hablaban verdades.  Quizás el error comenzó allí, puede que el primer placebo fuera ese. Creer en una idea, engañarme con que esa idea fuese real, vivir confiada. 

Viajamos al pasado mediante recuerdos y retornamos al presente añorando todo ese mundo en blanco y negro que vivimos juntos.  Ese primer beso mágico, ese lugar concreto. Colocamos una por una las ilusiones en una bandeja impoluta de cristal para ir consumiéndolas y para ofrecérselas a los extranjeros que pasaban a nuestro hogar sin ni siquiera ser invitados. Limpiamos de odio y rencor los interiores, obviando disculpas, reconciliaciones y viejos amores. Dejamos atrás lo más importante para empezar de cero. 

Esos terribles errores que nos seguirán persiguiendo y de los que nunca aprenderemos. 

Dicen que a lo largo de la vida el corazón va deteriorándose de tanto usarlo. A este hecho inevitable en mi caso hay que sumarle todos mis excesos y mis faltas de amor, mi adicción y mi desengaño. Un corazón que ha pasado demasiadas veces por el taller y cuyas reparaciones salieron demasiado caras. Ahora, señores médicos, dejénse de falsos diagnósticos y disertaciones inútiles.

Quiero un corazón nuevo.

viernes, 25 de octubre de 2013

Márcame un destino.

Y sonaba en la radio el maestro Sabina, acompañado por las gotas que salpicaban los cristales del coche. Gotas tristes que anunciaban el temporal. Yo, quieta, envuelta en mis miedos. Dulce melodía aquella que me devolvía a tiempos mejores. Al otro lado de la calle se alzaban las farolas que apenas iluminaban el día gris. 

Con la frente apoyada en la ventanilla, centrifugando pesamientos, la mirada perdida entre las arrugas de los asientos del coche. Era como ser absorbida por todo lo que me rodea, creando un vacío donde físicamente se encuentra mi cuerpo.

 A veces pienso que vivo engañada por las emociones, que son ellas las que matizan cada episodio de tal manera que me hacen vivir en una utopía constante.  Cuando algo se descoloca, un enorme cristal se estrella contra el suelo y se hace añicos. Puedo oír cómo se rompe cada milímetro incluso antes de aterrizar, sentir cómo ese cristal corta friamente el aire. 

Esta capacidad de atribuir una imagen concreta a una emoción complica las cosas. Quiero creer que no estoy loca, confío en que haya gente que vea el mundo diferente, que sienta diferente al resto de los demás.  

Hasta comprobarlo, yo seguiré dentro de este coche, imaginando. Siguiendo al conductor allá donde me lleve. Sin preocuparme por el precio del viaje. Sin mirar el reloj. Acariciando nerviosamente la piel de los asientos con las uñas. Enmascarando mi ansiedad. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

Historia de un final.

 - Las mejores noches son las que te dejan sin aliento, te hacen olvidar las pérdidas y maquillan de placer a esta absurda vida. Te sacan de la rutina, te mantienen despierta hasta el alba, muerden con su dentadura afilada al miedo y espantan las pesadillas. Las que van y siempre vuelven, las que te aseguran un (ilícito) final feliz. Noches que  se arrepienten de lo soñado.

Tras la confesión, se giró y sujetó el vaso con fuerza. No dejaba de pensar en aquella noche. Ese estúpido recuerdo, esa ansiedad.
Y observando como se acercaba el final de los finales a su historia, tomando bocanadas de aire para saciar su deseo, se levantó de la mesa, cogió su chaqueta negra y su bolso y partió lejos de allí. Donde nadie nunca supiera más de ella, a un lugar que lograra borrar sueños rotos.

Allá donde no existe el amor.

Hoy el amanecer le llama para que asista a su nacimiento, para que en sus lágrimas se refleje su luz. Y cuando la pena inunde su alma, aprenderá a acatar las consecuencias de sus acciones. Sólo cuando haya llorado hasta la saciedad entenderá lo que es sufrir por amor.

Cuando las rodillas comenzaron a fallarle aún no era demasiado tarde. Detrás dejó su vida, que yacía sobre la arena.
Parpadeó repetidas veces con el fin de cerciorarse de lo real de la situación. Se besó la palma de la mano y la levantó al aire. Segundos después se esfumó sin más.

domingo, 5 de mayo de 2013

Habitación en el presente con vistas al futuro.

Nada vuelve a ser lo mismo. Tus miradas dejan de ser miradas, se convierten en dagas que se me clavan una y otra vez. Dagas incesantes, dañinas.
Tus caricias ya no son más que eso, sólo son caricias. No les acompaña el vello erizado, ni la respiración entrecortada. Simples caricias.
Tu mano ya no es mi guía en el camino. Ya no es la que me adentra en un mundo nuevo, ni me tranquiliza como diciéndome: todo irá bien, estoy a tu lado. Sólo es una mano más.
Tus ojos ya no penetran en los míos, no se zambullen en mi mar de ilusiones y sacan lo mejor de mi, ya no lo hacen.

Y simplemente el hecho de que ahí estés tú, y aquí esté yo. Ambos uno. La distancia que nos separa y nos separó, la melancolía de los besos robados, del amor turbio. Yo a dos pasos de ti, sin poder abrazarte, sin sentir lo que sentía ayer. Tú, a dos pasos de mi, a dos imposibles pasos.
Sólo yo cruzaría la frontera por ti.
El sabor de lo prohibido que llegó a mis labios aquella tarde de invierno, la esperanza en que todo iba a salir bien.
Dudas, millones de dudas. Inseguridad. Preguntas.
¿Qué hago aquí? ¿A qué estoy jugando?



"El secreto está en disfrutar de la vida, aceptando que no tiene significado"

domingo, 24 de febrero de 2013

Open your mind.

Me pesa hablar sobre un tema tan fuerte a la vez que delicado, tan profundo y a la vez tan efímero. El amor.

A veces ocurre, él llega a tu puerta y se cuela sin avisar. Va dejando huellas, haciendo ruiditos, hasta que te das cuenta que está allí.
Si no te agrada la idea que se instale en tu 'maison' puedes tratar de echarlo. No te será fácil.
Luego se pondrá de rodillas y tumbará la maleta que llevó arrastrando durante su largo camino, la abrirá con misterio, como si dentro escondiera una fuerza poderosa, magia de cualquier tipo...

Nos cuesta arriesgarnos una vez que la relación se etiqueta, se le pega un precio y un código de barras para que sea reconocido. Una vez que la rutina ya no es más que eso, cuando el corazón palpita por palpitar y los labios no saben a miel.
Esa es la señal que nos da la vida para que echemos el freno, nos bajemos del coche y salgamos corriendo, para que el corazón nos palpite más fuerte, la boca se nos quede seca y volvamos a amar, a sentirnos amados.
Ni el amor ni la pasión son para siempre. Comprometerse es un engaño.
Amar implica sufrir a largo plazo.
Lo ideal es cambiar, dejarse llevar por el momento. Vivir el presente de la mejor manera posible, desplegar las alas, impulsarnos y volar.
Quitarnos de la cabeza esa idea que tenemos de que las personas van de dos en dos, que sólo tenemos nuestra respectiva media naranja y que medio pomelo nunca podrá llenar su lugar.

Abrir nuestras mentes, cortar las etiquetas y que aún así haya posibilidad de cambio o devolución.

domingo, 10 de febrero de 2013

No me hagáis mucho caso.

Hoy todo lo que persigo me resulta monótono, aburrido. Hoy todo lo que me propongo es pura utopía. ¿Qué hacer para no perder la ilusión? ¿Qué es lo que de verdad esperamos de nosotros mismos? A esas preguntas les guardo millones de respuestas, todas contradictorias. Es más, cada una de ellas esconde una pieza del puzle que completa mi existencia.

En eso se basa existir, en contradecirse a uno mismo mil y una veces. ¿A caso hay que tenerlo todo claro en esta vida? Cuando dices que no, alguna parte de tu subconsciente está diciendo que sí. ¿Quién nos domina, el cerebro o el subconsciente? Quizás esté formulando demasiadas preguntas, pero todas ellas te harán reflexionar como me lo han hecho a mi. Iré contestando a todas a mi parecer, desde mi punto de vista, desde el punto de vista de una adolescente madura a medias.

¿QUÉ HACER PARA NO PERDER LA ILUSIÓN?

Ilusionarse. Sí, amigos, es la única solución. Nos ilusionamos muy fácil al igual que muy fácilmente pisamos las ilusiones de los demás. No dejes que te desilusionen cielo, no dejes que te ahoguen, que te aleccionen. No permitas que te manipulen ni que te muevan como a una marioneta. Hazte fuerte, corta tus hilos aunque duela y muévete a tu gusto.

¿QUÉ ES LO QUE DE VERDAD ESPERAMOS DE NOSOTROS MISMOS?

Yo espero de mi el éxito en la vida, espero amar y desamar mucho. Conocer muchos lugares y personas que me marquen para siempre. Quiero pasarlo mal y contrarrestarlo con una copa, o dos, o tres... Quiero cuidar a mis amigos como un tesoro y reírme en la cara del destino. Quiero muchas cosas, sólo que a veces me falta iniciativa para conseguirlas. Tiempo al tiempo.

¿QUIÉN NOS DOMINA, EL CEREBRO O EL SUBCONSCIENTE?

Yo creo que ambos, pero se turnan para hacerlo. De mañana lo hace el cerebro, cuando tomamos decisiones u opinamos sobre algo. Cuando se repartieron los horarios, el nocturno se lo llevó el subconsciente. Él trabaja de noche, empieza a manifestarse cuando nos tumbamos en la cama y pensamos sobre lo que nos pasó en el día, sobre lo que hicimos y dejamos de hacer. Se apropia de nuestros sueños y nos hace creer cosas que en realidad no ocurren, tiene muy mala leche. Incluso a veces hace horas extras de día. ¿O no os ha traicionado el subconsciente alguna vez?